Uno a uno se van cayendo los mitos con los que el gobierno intentó construir su legitimidad, también en lo que hace a educación. La política salarial, que afecta a la enseñanza en 57 universidades nacionales y colegios preuniversitarios, representa un nuevo caso testigo de su profundo desprecio por la dignidad de quienes obramos cada día la vocación docente. En la reunión paritaria del lunes 27/8, el gobierno volvió a ofrecer, como en el mes de mayo, un 15% distribuido en tres cuotas. Una verdadera provocación inaceptable, habida cuenta de una inflación que a esta altura del año ya nos ha fagocitado un 30% del salario. Nos preguntamos: ¿en qué mundo vive esta gente? ¿Conocerán algo más allá de las exigencias del FMI y de los monopolistas salvajes de aquí y de allá? ¿Se puede ser más voraz y arrastrado a la vez, al punto de quitarle a la UNSAM en pleno conflicto, una parte de su campus para ser cedido a la Aceitera General Deheza, una de las principales exportadoras del país? ¿Será que