Venezuela: Dos contendientes y la gente como víctima

A continuación reproducimos nuestra toma de posición que hemos trabajado frente al acto que convocó el día de hoy el FIT a propósito de la situación en Venezuela.


Los humanistas socialistas y revolucionarios de Comuna Socialista nos hacemos presentes en esta concentración porque es la única expresión que se presenta como independiente de los dos bandos burgueses que pugnan por el poder político en Venezuela.


Decimos esto porque nos mueve un sentimiento solidario junto a un pueblo que viene pagando con su propia sangre el precio de haber in-tentado afirmar su dignidad. Que ha buscado emerger, ya sea a escala más global como en el Caracazo de 1989, ya sea de manera más local como en el caso de los trabajadores siderúrgicos de la Sidor desde 2002 o actualmente como los estudiantes y las mujeres, que han sido las primeras (una vez más) en desafiar las fronteras en busca de alimentos. Todos ejemplos que expresan tendencialmente aspiraciones que escapan a las trampas institucionales. Esas trampas enarboladas por la burguesía liberal (ex Acuerdo del Punto Fijo, hoy nucleados en la Asamblea Nacional), de un lado y por la boli-burguesa chavista-caudillista, del otro. Ambas hipótesis de poder se han mostrado sobradamente enemigas de la gente común: capaces de asesinarla a quemarropa, sea desde las fuerzas armadas del Estado o con paramilitares clandestinos, en defensa de sus intereses políticos. Es decir, para reconducir hacia alguno de los proyectos estatales en disputa –todos patriarcales y patronales– cualquier iniciativa independiente de ellos y de las burocracias sindicales.


Estamos convencidos que no habrá alternativa posible para nuestros hermanos venezolanos si no se piensa y se actúa por fuera de los poderes que los niegan, reprimen y excluyen. Cualquier apoyo, explícito o implícito, sea al gobierno de Maduro o al “chavismo de Chávez”, solo servirá para apuntalar la represión, la corrupción, la carestía de la vida y la inflación. Esa es la verdadera cara del “socialismo del siglo XXI”. El antinorteamericanismo que lo empuja no es incompatible con el apoyo a los masacradores de la revolución siria, como el carnicero Al Assad, o a los criminales a sueldo de Putin, del imperio burocrático chino o de la teocracia iraní. ¿Es posible ser chavista si se quiere ser antimperialista?


Nuestra perspectiva, sin embargo, va más allá de la de un “antimperialismo consecuente” o de sembrar ilusiones en una “verdadera democracia”. Vivimos bajo un sistema de dominio democrático y totalitario cuya cabeza es la mafia racista de Trump. Sus competidores no occidentales han asimilado y proyectado para sí el mismísimo gen bélico y criminal contra los últimos de este mundo. Los venenos sistémicos, y también los subsistémicos, utilizan las mismas tácticas de difusión: el control de los medios de prensa y de las redes sociales que, fake news mediante, propagan desvalores y envenenan las conciencias. La resultante de toda esta perversa decadencia es la disgregación social, la sociedad de extraños –y potenciales enemigos– en las que, como en Venezuela y no solamente, nos toca vivir.


Promover la solidaridad con el pueblo venezolano empieza por desactivar, desde abajo, cualquier intervención militar y derramamiento de sangre, alentado en los hechos desde la Casa Blanca, la Unión Europea y sus lacayos latinoamericanos como Macri, el “Grupo de Lima” y el fascista Bolsonaro.



¡Por la pacificación desde abajo, contra Maduro, Guaidó y los guerreros que dominan el mundo! ¡Por la creación de organismos autodeterminados, sin tutela estatal ni patronal, en los que se discuta una salida transitoria y alternativa a la tenaza impuesta por chavistas y derechistas!

¡Por la acogida a los miles de hermanos y hermanas in-migrantes de Venezuela que llegan a la Argentina! ¡Construyamos ámbitos solidarios y antirracistas independientes!

Te invitamos a participar del Comité Solidario Antirracista y Antirrepresivo...

COMUNA SOCIALISTA


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