Se cumplió un
nuevo aniversario de una de las páginas más significativas y estimulantes de la
resistencia contra la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial: el
levantamiento del gueto de Varsovia, acontecido en la capital polaca del 19 de
abril al 16 de mayo de 1943, momento en el que fue finalmente aplastado por los
asesinos de las SS. Los judíos de Europa estaban siendo confinados en guetos,
zonas de diferentes ciudades europeas acordonadas por las tropas de ocupación
nazis en donde había pésimas condiciones de salubridad, carencia de servicios
esenciales, hacinamiento, enfermedades y hambruna. En el gueto de Varsovia (el
más grande de todos) se vivía con el riesgo cierto de ser fusilado por los
soldados de Hitler ante la mínima falta: una prisión al aire libre en la que,
sin embargo, las personas lograron desarrollar su vida, realizar iniciativas
culturales, conocerse, amarse… En medio de un verdadero drama: algunos eran
llevados a los campos de trabajos forzados para no volver jamás.
Por aquellos días
de 1943, los nazis comenzaron a deportar judíos nuevamente hacia los campos de
exterminio en el marco de la Solución Final. Un grupo de jóvenes judíos dijo
basta. Se organizaron clandestinamente con las pocas armas que tenían y, con
algo de ayuda de la resistencia polaca, combatieron por las calles, por los
departamentos, por los sótanos y las alcantarillas. Se trató del primer
levantamiento contra los nazis en una ciudad ocupada. Y lo hicieron contra toda
probabilidad habida cuenta del poderío mucho mayor de las fuerzas nazis,
pertrechadas con ametralladoras y obuses. Miles de judíos murieron durante la
represión que arrasó el gueto, otros tantos fueron deportados al campo de
exterminio de Treblinka o capturados posteriormente, pero miles lograron
escapar hacia otros barrios de la ciudad. Un ejemplo enorme de lucha contra el
mal a favor del bien de la vida, una gran expresión de coraje y dignidad, de
búsqueda de libertad y de salvación, no solo para las y los judíos polacos sino
para toda la humanidad.
Ignacio Ríos
22-04-20