Las
agencias de información internacionales y los principales periódicos de lengua
inglesa informan sobre las protestas y la violenta represión que tuvieron lugar
la semana pasada en la ciudad china de Wuhan, epicentro de la pandemia de
Covid-19. Miles de personas habían protestado contra la continuidad de las
medidas draconeanas todavía impuestas por el gobierno después del término del
aislamiento total de la ciudad y de la provincia de Hubei por más de dos meses.
Centenares de miles de personas obtuvieron el permiso de regresar a Wuhan pero
permanece la prohibición de salir de allí, incluso para aquellos que trabajan
en el cordón suburbano, en el campo y en los pueblos cercanos. El viernes
algunas miles de personas se reunieron sobre uno de los puentes que cruzan el
río Yangtsé y conectan la ciudad con la provincia de Hubei. Gran parte de los
manifestantes eran trabajadores pendulares despedidos por ser aún considerados
“vehículos de infección”. En China las contrataciones y despidos en las
empresas públicas y privadas son avalados por representantes del Partido
Comunista y, a pesar de que el mismo gobierno declaró que la epidemia está en
los hechos erradicada, es evidente que son los intereses económicos de estas
firmas públicas y privadas en crisis lo que ocasiona los miles de despidos.
Además se presume que la epidemia solo se contuvo y lejos está de haber sido
erradicada mientras que la máquina de propaganda del Partido Comunista de China
se está tomando muchas molestias para mostrar el “feliz retorno a la
normalidad”.
Fabio
Beltrame
31-03-20