Tras el crimen de Luis Espinoza, la
policía de Tucumán se cobró otra víctima el miércoles pasado, esta vez en la
capital provincial: Walter Ceferino Nadal, de 43 años, fue apresado por unos
agentes luego de un presunto intento de robo y asfixiado hasta morir, en una
maniobra de ahorcamiento muy similar a la que terminó con la vida de George
Floyd en EE.UU. Cuando Nadal afirmaba no poder respirar, fue respondido con
burlas por los policías quienes, además de haber intimidado a los testigos del
hecho, falsearon la causa de la muerte tratando de hacer pasar lo sucedido como
un infarto.
Es algo grave y lo venimos diciendo: en
tiempos de cuarentena, el gobierno está dando carta blanca a las fuerzas de
seguridad para desplegar toda su agresividad criminal, poniéndose de manifiesto
el carácter autoritario y violento del Estado democrático. Hoy es más necesario
que nunca cuidar la vida y protegerse, no solamente del virus, sino también
–por si fuera poco– de la represión y la violencia policial. Prestemos siempre
atención por la calle, estemos listos para reaccionar y activar nuestra
solidaridad, acerquémonos a la gente que se encuentra en dificultades y no
dudemos en denunciar los hechos de abuso y prepotencia.
I.R.
27/06/20