Ser protagonistas expansivos es una posibilidad


Finalizamos la Campaña de Autofinanciamiento de Comuna Socialista y de la Corriente Hu­manista Socialista en Argentina. Hemos superado nuestros objetivos financieros gracias al compromiso de 60 activistas que, además de hacer generosas donaciones, solicitaron la colaboración de más de 700 personas. Queremos agradecer a todas aquellas –casi 500– que con su donación apoyaron nues­tro proyecto. Sentimos su aliento asumiéndonos la responsabilidad de seguir desarrollando y constru­yendo una alternativa ideal y va­lorial para una vida mejor juntos.

Una Campaña en defensa de la vida

Empezamos la Cam­paña conmociona­dos por las bombas que caían en Ucrania y ma­sacraban a la gente común. Putin avanzaba con sus tro­pas, la OTAN daba rienda suelta a su lógica guerrera y expansionista mientras Zelensky unía a la población bajo el belicismo naciona­lista. Una guerra devasta­dora que permea todos los campos de la vida, más allá de las zonas de conflicto. El mundo dominado por los Estados está predispuesto a la violencia, y América Latina no es ajena a esta si­tuación. No hay, por ahora, conflictos armados decla­rados entre Estados, pero sí una escalada mortífera de violencia creciente de la que las instituciones demo­cráticas son responsables directas. Romper con la in­diferencia y reaccionar en defensa de la vida era (y es) algo urgente. Decidimos, entonces, hacer propia una idea-fuerza de nuestra Co­rriente internacional y en­cabezar la Campaña con el lema “Doná por la pacifica­ción contra las guerras”.

Apenas la pusimos en marcha, el atentado contra Cristina Fernández sacu­dió a la población mientras los políticos llamaban a la “paz social”. ¿Qué significa esta “paz” declarada por los principales responsables de la violencia difundida? La misma vicepresidenta se encargó de clarificarlo: “hay que restaurar el orden”. Es decir, someterse a las insti­tuciones democráticas co­rruptas, resignarse frente a la precariedad económica y la represión estatal, obedecer a la patronal, disciplinarse a la autoridad familiar. El or­den burgués, sin embargo, es cada vez menos creíble: desde la derrota norteame­ricana en Afganistán, el des­barajuste en el equilibrio de poder entre las potencias del mundo dio lugar a una entropía irrefrenable que no hace más que aumentar el belicismo de todos los Es­tados, haciendo del mundo un lugar cada vez más peli­groso para todos.

Entonces, ¿dónde radi­can las posibilidades reales de pacificación? Para no­sotros, el anhelo de paz es propio de todos los seres humanos, más acentuado en el género femenino, y puede ser rehabilitado y ra­dicalizado por las personas comunes más sensibles y determinadas. Esto duran­te la Campaña fue motivo de intercambio, por ejem­plo, con algunos docentes de Bajo Flores mientras luchaban contra la enésima prepotencia narcopolicial en el barrio, y también con jóvenes que conocíamos difundiendo este periódico en la puerta de sus colegios. Mientras nos preguntá­bamos con ellos sobre las posibilidades reales de una mejor convivencia humana, las mujeres iraníes dijeron “presente”. “Mujer, vida y libertad” fue el grito que animó las primeras movili­zaciones contra el régimen asesino de Alí Khamenei, contagiando su coraje a millones de personas, y dando vida a una revuelta de la gente común que to­davía continúa y enfrenta la brutal represión estatal. Suscitar solidaridad con ellas y ellos fue parte cons­titutiva de nuestra Cam­paña, porque evidencian una esperanza para quienes buscamos mejorar la vida junto a otros. Aunque el entusiasmo, por momen­tos, nos hacía subestimar los enormes desafíos con­cienciales y culturales que enfrenta la vanguardia ira­ní. Reaccionar por ellos fue motivo de intercambio, por ejem­plo, con algunas mujeres protago­nistas de la lucha por el derecho al aborto, y también con muchos de nuestros compañeros/as de traba­jo trastocando –aunque sea por un rato– la rutina laboral, pero, sobre todo, para promover un conoci­miento más sincero y profundo entre compañeros/as. La revuelta en Irán fue retratada e interpreta­da en estas páginas y, gracias a ello, muchas personas donaron para la Campaña comprando este pe­riódico a precio solidario porque valoran nuestra independencia. A ello le dedicamos una gran par­te de los intercambios, y fue una buena motivación para donar para amigos/as y conocidos/as que, tiempo atrás, se identificaban con la izquierda trotskista o militaban por la defensa de los trabajado­res contra la burocracia sindical: comprometerse por la pacificación contra las guerras requiere de una prensa libre que pueda ofrecer una mirada alternativa, que pueda ras­trear los mejores recursos huma­nos para cambiar la vida, apoyando y aprendiendo de las expresiones humanas más radicales para orien­tarse mejor en este caos planetario promovido por el belicismo de los Estados. Aspiramos a que recibir el sostén de tantas personas que va­loran estas páginas pueda ser tam­bién una ocasión para que crezca nuestra propia valoración sobre ellas.

¿Cómo seguimos?

Luego de tres meses de Campa­ña tan concentrados tenemos (por lo menos) una buena conclusión, una intuición y un interrogante. La conclusión es que apelando al protagonismo reflexivo y activo propio y de los demás, los recur­sos humanos y materiales para una vida mejor emergen si nos dedica­mos a ello con coraje y humildad, combatiendo a los Estados y las miserias de la burguesía. La in­tuición es que con muchas de las personas que nos sostienen con su aporte y consideraciones po­dríamos comenzar un camino de conocimiento más profundo y cu­rioso, recíproco y estable a partir de la lectura e intercambio sobre nuestro periódico, ayudando a me­jorarlo. El interrogante es… ¿nos lo propondremos seriamente? La respuesta queda abierta, porque son muchas las cosas que podemos mejorar. Por ejemplo, reflexiona­mos poco sobre aquello que las personas nos sugieren y solicitan y, por ende, se afecta nuestro propio pensamiento y experimentación de las ideas. Tampoco somos su­ficientemente coherentes y cuida­dosos en promover un intercambio ideal sobre el periódico con las y los más interesados. Posibilidades de cambiar hay muchas. Pero hace falta elegirlo con seriedad. Tome­mos coraje de la convicción ideal que animó a decenas de personas a donar y a suscitar la generosidad de centenares de personas más, re­colectando dinero –en medio de la crisis económica que nos atravie­sa– por un compromiso teórico y práctico que aspira a la construc­ción de una perspectiva de comu­nión de mujeres y hombres libres, unidos por valores alternativos, para ser diferentes en las socieda­des disgregadas donde estamos.u

Camila, Cecilia, Federico y Ana

Dirección de la Campaña