Ha ocurrido una horrible masacre en Manchester. En un concierto de Ariana Grande –cantante muy querida por el público joven– un terrorista hizo explotar una bomba rudimentaria provocando la muerte de 22 personas y decenas de heridos. Es un acto de particular crueldad debido a que han sido afectados muchos niños y adolescentes que, en gran número, estaban asistiendo al recital. Estamos afligidos por esta enésima masacre y expresamos toda nuestra solidaridad con los familiares y amigos de las víctimas.
El atentado ha sido reivindicado por los neonazis del ISIS. Al mismo tiempo, es necesario tener presente que el califato negro es una referencia para criminales que con frecuencia actúan individualmente para sembrar terror y muerte, como parece haber sucedido en este caso. La violencia se ve alimentada por los sanguinarios coletazos de los neonazis del ISIS y de otras bandas criminales, como así también por la lógica bélica y de terror de los Estados que prolifera y se reproduce en la sociedad.
Esta enésima masacre atestigua que vivimos en tiempos de terrible decadencia y el peligro de ser asesinados es cotidiano y está extendido por todo el mundo. Ser conscientes de esto no significa habituarse a la infernal cadena de matanzas sino, una vez más, poner en el centro del propio compromiso la defensa y la salvaguarda de la vida, ciertamente sabiendo que no son y nunca serán las instituciones estatales las que prevengan, nos defiendan y garanticen nuestra seguridad. Esto debido a que los Estados únicamente están comprometidos en defender su normalidad, sus negocios y sus ganancias, incluso a costa del sacrificio de vidas humanas.
No es cierto que después de cada masacre la vida deba continuar normalmente, como insisten de forma irresponsable los políticos y la mayoría de los medios de comunicación.
Es necesario ser conscientes del contexto de violencia extendida y de terror en el que estamos viviendo, así como también del hecho de que esto no cesará rápidamente. Por este motivo hay que activar nuestra mirada, nuestra escucha y nuestras mejores capacidades para prevenir y hacerse cargo del cuidado de nuestras vidas y de las personas queridas. Es importante aprender a prestar mucha atención eligiendo evitar situaciones o lugares potencialmente peligrosos y activar la solidaridad y el conocimiento entre las personas cercanas para autodefendernos en común y ser protagonistas directos de nuestra seguridad, la nuestra y la de todos.
