Ante la amenaza de violencia estatal: frente único en defensa de la vida, el bien común y la libertad


El gobierno de Milei, acompañado de su ministra-gendarme Patricia Bullrich, no ceja en su determinación antipopular. Luego de lanzar una batería de medidas que afectarán drásticamente el bolsillo de la mayoría de la población, avanza con un nuevo recorte sustancial: el de la libertad de movilización. Su protocolo antipiquetes es un compendio de prepotencia represiva con signos de totalitarismo estatal. La pesadilla orwelliana comienza a ser un hecho: Gran Hermano comenzará mañana mismo a espiar con cámaras y drones en defensa de los privilegios de los ricos que aumentarán exponencialmente en la próxima fase a costa de los/as trabajadores/as y la gente común. Se concretiza el sueño liberfacho: la libertad de reprimir (a cualquiera que se rebele) expande la libertad de enriquecerse (de unos pocos) y así la libertad de oprimir será la ruina de todos.
Es fundamental denunciar el carácter violento y antihumano de este gobierno y sus planes. Estos no son solo de ajuste y represión ya que apuntan a más: a generar una subcultura del miedo y de la disciplina frente al orden establecido, del individualismo, la ignorancia  y la genuflexión ante el poder negativo.
Ante eso decimos que primero viene la vida, el bien común y la libertad positiva de reaccionar por la justicia y la dignidad humanas. No aceptamos la violencia estatal ni las incitaciones desde arriba a la violencia social para satisfacer la sed de revancha y la frustración de los sectores más retrógrados de la sociedad. Frente a un gobierno que expresa malicia y los peores desvalores tenemos que defender sin titubear el valor de la vida y de la solidaridad desde abajo para enfrentar de manera pacífica y apelando a las mejores cualidades humanas la carestía de la vida.
No es correcto decir que el gobierno no podrá estrenar su nuevo protocolo represivo por ser inconstitucional. Las clases dominantes han dado pruebas suficientes de su capacidad prepotente y criminal tanto en épocas dictatoriales como democráticas. Patricia Bullrich es responsable de la muerte de Santiago Maldonado, perseguido por la gendarmería en la Patagonia durante el gobierno de Macri por su activismo solidario con la población mapuche, por poner un ejemplo. Pero todos los gobiernos democráticos ostentan un prontuario represivo más o menos importante, tanto los populistas como los liberales. Tampoco estamos de acuerdo con especular con que una posible carnicería se transformará en un problema para el gobierno, ya que en caso de consumarse esta será ante todo un drama para quienes se movilicen. La avanzada de este gobierno puede ser enfrentada si se va a fondo en el develamiento del carácter bélico y potencialmente asesino de los opresores, de su íntima relación con la violencia como razón principal y última de su poder negativo expresando una alteridad de fondo a estas lógicas.
Este 20 de diciembre, aniversario de una llamarada revolucionaria que hace veintidós años puso en evidencia incipientes atisbos de comunitarismo –que no fueron cultivados por falta de referencias positivas– y la capacidad represiva brutal del Estado democrático –que ese día asesinó a treinta y nueve personas–, no buscamos demostrar “músculo”, sino lucidez y radicalidad humana. Reaccionar hoy es poner en evidencia los peligros de fondo a los que asistimos pero, fundamentalmente, es recurrir a los recursos más positivos de las personas que no están cancelados si bien necesitan ser estimulados: la empatía, la solidaridad, la colaboración y la cooperación. Es fundamental que en cada lugar de trabajo y de estudio, en los barrios y en los clubes las personas que nos sentimos de izquierda, incluyendo a las de los partidos y organizaciones populares, nos unamos en un frente único contra la derecha reaccionaria y liberticida: en defensa de la vida, el bien común y la libertad; contra la represión institucional y la violencia social; en defensa de las mujeres y sus derechos, de las/os trabajadores y sus organizaciones. Es hora de dar vida a un debate fecundo, de fondo, y a acciones comunes pacíficas basadas en la deliberación y en la decisión común desde abajo. Ese es el compromiso que nos asumimos y llevamos adelante cotidianamente como parte de nuestra búsqueda de construir ámbitos que aspiren a la comunión humana.

POR UN FRENTE ÚNICO CONTRA LA DERECHA REACCIONARIA Y LIBERTICIDA

EN DEFENSA DE LA VIDA, EL BIEN COMÚN Y LA LIBERTAD
NO A LA VIOLENCIA INSTITUCIONAL NI SOCIAL
POR EL DERECHO A MANIFESTARSE EN PAZ
¡ABAJO EL PROTOCOLO ANTIPIQUETES!

20/12/2023