Camila Carbia
“¡Nunca más!” se suele ver pintado en los carteles y las calles en las marchas del 24 de marzo. Una fecha que recuerda la última dictadura militar argentina donde la represión de la libertad era asfixiante. Nunca más a no poder encontrarse de a más de tres personas sin ser sospechado por la policía. Nunca más a los toques de queda y a poder ser interrogado y detenido sin causa. Nunca más a la censura. Nunca más a los centros clandestinos de detención, a la tortura, la violación y la desaparición de personas.
Pero este 24 de marzo es especial. Porque eso que creíamos que nunca más iba a pasar hoy está en discusión. Estamos frente a un gobierno de extrema derecha que tiene un discurso abiertamente negacionista de los desaparecidos. Con una Vicepresidente que es amiga de los peores torturadores y asesinos de la dictadura. Con un presidente que desprecia a todo aquel que piense diferente. Un liberfacho que, junto con Patricia Bullrich y su protocolo antipiquetes, quiere reprimir cualquier atisbo de búsqueda de libertad tratando de generar un nuevo enemigo social, conformado por quienes están reaccionando contra sus ataques. Y, para hacerlo, otorgan aún más impunidad a la policía, en un país donde el gatillo fácil ha matado a más de 9000 personas desde la vuelta a la democracia y sigue en aumento. A Milei y su banda, como a los milicos del 76, les molesta que las personas nos manifestemos por nuestros derechos y nuestra dignidad, no soportan la afirmación y la libertad de los jóvenes (y de las mujeres en particular) ya que representan un peligro para su pretensión de una sociedad ordenada y sumisa. Lo dejó en claro en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del parlamento con un marcado tinte amenazador y represivo.
Frente a esto, ¡es hora de que defendamos nuestra libertad! ¿Es posible que las personas que nos sentimos de izquierda nos unamos desde abajo y de manera independiente en un frente único contra las derechas reaccionarias y liberticidas? Puede ser un frente donde las personas sensibles se encuentren, alcen la voz y reaccionen juntas. Donde los jóvenes que tengan la exigencia de pensar en la libertad de amar, de unirse, de ser mejores personas, de ser independientes encuentren un espacio de diálogo sincero y respetuoso para animarse a salir de la indiferencia. Para unirnos y marchar este 24 de marzo juntos, porque quienes rechazamos la última dictadura militar por las atrocidades que cometió podemos sentirnos reconocidos en la defensa de la vida, el bien común y la libertad expansiva.