El 24 de marzo en la plaza, en defensa de la vida

Por Ana Gilly.
Fue una movilización oceánica de centenares de miles de personas, como hace mucho tiempo no sucedía. La plaza estaba llena, y no por la presencia de la burocracia sindical, ni de la UCR ni de los intendentes bonaerenses, todos personajes de espurias intenciones.
Quizás el porqué de la masividad de la marcha tenga que ver con las exigencias vitales en juego: defender la vida contra la cultura de la muerte del gobierno liberfacho; aspirar a una mejor convivencia contra la violencia estatal de ayer y de hoy; rechazar la voracidad patronal; amparar la dignidad de las mujeres, o luchar para que prevalezca la memoria y la verdad. Incluso a sabiendas de estar enfrentando un contexto dificilísimo, la gente sonreía. Sobrevolaban razones por la vida, más que políticas. Argumentos que rebasaron las mezquindades políticas de los convocantes a la marcha que promovieron la ruptura de la misma.
Entre tantas personas, estábamos nosotros/as, más de un centenar de compañeros/as y amigos/as de Comuna Socialista, que junto con Poder Popular, Opinión Socialista, Colectivo Reagrupando, Resistencia Socialista y Corriente Política de Izquierda conformamos un sector unido y combativo promoviendo un posible Frente Único contra la derecha reaccionaria y liberticida, por el bien común y la libertad compartida. En nuestras canciones, hicimos públicas las razones de nuestra presencia: ¡Defender la vida y su humanización, combatir el egoísmo, la miseria y la opresión!
Motivaciones compartidas, también, con nuestros/as amigas/os en la ciudad de Córdoba, cuyas pancartas declamaban “por una cultura de la memoria, de la solidaridad y de la empatía”.