Vivimos una
situación dramática en todo el mundo. Las guerras, tanto las que están en curso
como las amenazantes, se multiplican sin tregua poniendo en grave riesgo a toda
la humanidad.
Continúa la
guerra en Ucrania, comenzada por Rusia pero también provocada por la
prepotencia de la OTAN.
Por enésima vez
se extiende la que dio inicio en Palestina el 7 de octubre, con el pogromo de
Hamas contra judíos indefensos, y que fue continuada desde hace seis meses por el
ejército israelí contra la población palestina de Gaza: una masacre genocida
que ya ocasionó más de 32.000 muertes y que sigue condenando al hambre y a la
sed a la población superviviente, atacando y asesinando incluso a los
activistas de las ONG. El gobierno de Netanyahu, no contento con el exterminio
en Tierra Santa, ordenó ataques contra posiciones iraníes en Siria y de
Hezbollah en Líbano, extendiendo peligrosamente el conflicto a toda la región
del Medio Oriente.
En Israel y en
el mundo, sectores crecientes de la población judía se movilizan contra el
gobierno de Netanyahu y por la liberación de los rehenes a manos de Hamas. Son
estas voces de disenso y oposición las que pueden parar la guerra, con mayor
razón si son sostenidas por iniciativas pacifistas en otros países.
Nos dirigimos a
todas las personas de buena voluntad, a quienes comparten las claras palabras
del papa Francisco a favor de la paz, a los hermanos y a las hermanas
inmigrantes, a la gente de izquierda para que se unan y movilicen. Comprometerse
por la pacificación significa defender a toda la humanidad y a nuestras mismas
esperanzas de vida.
Con el pueblo palestino y con los judíos opositores
Contra Netanyahu y Hamas
05/04/2024