Por el respeto y la dignidad de las personas que trabajan: ¡ni un despido!

Es el momento de elegir. De reencontrar las razones positivas para unirnos y parar la mano al gobierno de saqueadores y a todos sus cómplices. De poner en discusión ideologías y “lugares comunes” que nos aíslan. En fin, de fortalecer la exigencia de que no haya ni un despido partiendo de ideas y prácticas de bien común y de libertad compartida.

Somos las personas quienes dignificamos al trabajo. En la época de decadencia acelerada que vivimos, el trabajo estatal o privado es cada vez menos fuente de dignificación de la vida. Trabajamos cada vez más horas y a la vez empeora nuestra existencia material, mientras la amenaza o la realidad del despido y la precarización profundizan la inseguridad y la frustración. Si a pesar de la voracidad y la deshumanización capitalista las instituciones aún funcionan, es gracias al esfuerzo de quienes trabajamos poniendo en común nuestras mejores capacidades e intenciones. Denunciamos los despidos y su perversa justificación basada en considerarnos material descartable o “ñoquis” en función de la verdadera prioridad: que cierren los números para que siga la fiesta de los amos de la economía monopolista. En el fondo está el odio por los trabajadores estatales y no por el Estado, de cuya fuerza se sirve la banda de Milei-Villarruel-Bullrich para militarizar los lugares de trabajo y reprimir la protesta social. Son numerosas las demostraciones de este gobierno de desprecio global por la vida de las mayorías populares. La defensa de nuestra dignidad y de nuestro trabajo está inseparablemente ligada a la batalla por una conciencia y una cultura de la defensa de la vida.           

Es mejor ser unidos en la solidaridad que aislados en la competitividad. El hartazgo de la gente común con el gobierno kirchnerista, garante de pobreza, inflación y corrupción, se combinó con la incapacidad de los de abajo y de sus vanguardias de postular alternativas independientes a la dicotomía macrista/peronista. ¿Cómo se ha manifestado esto en el plano del trabajo? Por ejemplo, a través de la exaltación de una idea y una práctica del emprendimiento individual que atravesó transversalmente a los diversos sectores sociales. En ausencia de referencias culturales y de valores comunitarios propios, la sociedad fue deshaciéndose, capturada por el egoísmo, la violencia machista, la lógica bélica y la sumisión al smartphone que destilan los poderosos. Todo lo cual azuzó la victoria de la expresión más rancia de las derechas liberticidas. Sin embargo, la lucha contra los despidos puede encontrar nuevos contenidos y crecer. Por ejemplo, si pensamos los lugares de trabajo en primer lugar como ámbitos humanos y no solamente como lugares de producción podemos descubrir muchísimos gestos de cooperación y ayuda mutua, aun cuando tantas veces debemos afrontar mezquindades propias y de nuestras/os compañeras/os. Esta convicción puede impulsarnos a dar una batalla por ir al encuentro y activar a nuevas personas, aquellas más sensibles y solidarias, para ponerlas de nuestro lado y derrotar las mentiras y la crueldad de los liberfachos.

Afirmar nuestro protagonismo sin esperar a los burócratas sindicales. Las enormes movilizaciones del 24 de marzo en todo el país han demostrado que subsisten reservas concienciales y morales relativas a la lucha por Memoria, Verdad y Justicia. Sin embargo, la masividad episódica de la movilización popular, también expresada en la marcha de las mujeres del 8M y, antes, en el paro del 24 de enero, no nos puede desviar de un eje fundamental: el de sentirnos y ser protagonistas directos de un proceso de radicalización humana que supone elegir cambiar para ser mejores. No se trata de solo derrotar el ajuste, como dice un sector mayoritario de la izquierda. Exigir, esperar o suplicar el llamado al paro general de la CGT –que apoyaremos en caso de convocarse– no asegura ninguna transformación importante, incluso cuando pueda representar un cimbronazo para Milei. Necesitamos construir desde abajo, desde ahora y sin dilaciones, ámbitos autodeterminados de unión, de lucha y de solidaridad con los y las despedidas y contra cada atropello estatal y patronal, en la perspectiva de construir un Frente Único contra la derecha reaccionaria y liberticida. En ese camino hemos empezado a confluir un conjunto de organizaciones de izquierda desde el 24 de marzo y queremos invitar a las personas y organizaciones que se sientan de izquierda a sumarse a una Asamblea preparatoria de la conmemoración conjunta del próximo 1 de mayo.



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04/04/2024