Si se trata de Santiago… Nuestra humanidad más profunda está en juego

santiagoDe confirmarse que el cuerpo aparecido en Chubut es de Santiago Maldonado, se disiparán muchas dudas y se replantearán dilemas y desafíos de carácter ético para cada persona y cada grupo humano.

En primer lugar, que lo que aparecía como responsabilidad del Estado por su defensa de la Gendarmería  que a todas luces y como mínimo había secuestrado a Santiago el 1 de agosto, se empieza a evidenciar como un crimen del Estado democrático totalitario contra un joven solidario con la causa mapuche. Nadie a esta altura es capaz de creer que en una zona del río que había sido rastrillado previamente en tres ocasiones pueda aparecer un cadáver 80 días después. Nadie podría, de confirmarse que se trata de Santiago, dudar de que se ha montado, desde las más altas esferas del poder político, económico y jurídico, un escenario patético y absurdo para, de paso, implantando el cuerpo mencionado a la altura de la comunidad Puf Lof de Cushamen, intentar inculpar a los propios mapuches.


En segundo lugar, se confirma que la lógica y el funcionamiento real de los Estados dejan y permiten un baño de sangre, especialmente la de quienes reaccionan con determinación buscando caminos más benéficos y alternativos. ¿Estamos exagerando los humanistas socialistas con esto? Revisemos las declaraciones  de políticos y periodistas oficialistas (y de algunos opositores) cargados de veneno e ignorancia racista contra los pueblos originarios y el propio Maldonado. Revisemos las estadísticas: cinco mil desaparecidas y desaparecidos en democracia desde su retorno en 1983. La tempestad asesina que recorre este mundo de la mano de todos los Estados y de los terrorismos reaccionarios tiene su correlato en nuestras tierras. No podrá ser disfrazada por los cantos de sirena democráticos. Si hay algo que está pisoteando con esto –y no solo– el gobierno macrista ha sido un criterio elemental de  la mentada “transparencia”, tanto como el gobierno anterior ha violado los “derechos humanos” de los Qom, de las mujeres víctimas de trata, de los miles de procesados por luchar…


Por último, si la violencia patriarcal y racista y los engaños y la podredumbre moral caracterizan a los poderosos: ¿nos prestaremos al circo electoral del domingo próximo, que buscará normalizar todo esto en nombre de la “fiesta cívica que nos une a todos”? La gente de bien que en nombre de la autenticidad desea apoyar a Carrió, ¿evaluará  más integralmente la humanidad de alguien que se burla de la tragedia diciendo primero que estaba en Chile y luego que Santiago es como Walt Disney? ¿Qué se piensa de los Macri o los Pichetto, enemigos declarados de la inmigración “descontrolada” o “pobre”? ¿Habrá que hacerle caso a Tati Almeyda, quien como el conjunto de las fuerzas del kirchnerismo llaman a no movilizarse, a quedarnos en casa y esperar hasta el domingo para “votar y ganar”? ¿A quiénes beneficia la fiebre electoralista –que hoy es más que nunca inmoral– de tantas personas honestas y de izquierda? ¿Dónde dejamos la verdad sobre la vida de Santiago?



¡La verdad sobre la vida de Santiago debe ser la prioridad! ¡Basta de ocultamientos, especulaciones y mentiras! ¡La defensa de la vida y la dignidad puede unirnos nuevamente!


¡La vida vale más que los votos!


¡Construyamos Comités Solidarios Independientes para enfrentar la represión y el racismo institucional!


 

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