El ataque con misiles de EE.UU en Siria con el sostén de Francia y Gran Bretaña es el enésimo acto de guerra contra las ya martirizadas poblaciones.
Desde hace años llegan desde Siria gritos de dolor de mujeres, hombres y niños, que excavan entre las ruinas para salvar a sus seres queridos de las matanzas de Bashar Al Assad apoyado por Putin y sus aliados en la zona, después de que por un largo tiempo los neonazis del ISIS habían diseminado el terror en el país. EE.UU y Rusia consideran esta región del mundo como una presa a repartirse combatiéndose entre sí, mientras que otros Estados participan de esta crueldad o se quedan observando cómplices.
La gente común siria había dado vida siete años atrás a un principio de revolución humana bajo el signo de la pacificación, la libertad y la dignidad.
Contra esta inédita experiencia se desencadenó una indescriptible furia bélica. Esta guerra nos atañe a todos porque golpea nuestra humanidad y proyecta una amenaza terrible sobre el mundo entero. Es difícil prever hasta dónde puede llegar el choque entre los poderes opresivos del peor presidente de los EE.UU y el nuevo zar ruso.
Es necesario reaccionar, hacer sentir la voz de las mujeres y los hombres que desean la paz. Posicionarse junto a las poblaciones atacadas respondiendo a sus llamamientos y su coraje es algo que corresponde a nuestros intereses y concierne a nuestro futuro.
Junto a la gente común en Siria y en Medio Oriente
¡Contra Trump, Al Assad, Putin y los señores de la guerra!
¡Contra todas las bandas terroristas!
¡Retiro inmediato de todas las tropas de Siria! ¡Basta de bombardeos!
¡Paz y libertad para el pueblo sirio y todos los pueblos del Medio Oriente!
¡Acogida incondicional para los refugiados!


