
Lejos de
ser un defensor de la vida, Mandetta fue elegido para el cargo por ser médico ortopedista,
y así conferirle un barniz científico al área más importante del gobierno.
También por tener un perfil ideológico conservador, alineado con lo que hay de
más atrasado en el país, y por creer que la salud es un lujo para los pocos que
la pueden pagar. Fue un diputado federal integrante de la banca ruralista, que
históricamente apoya a Bolsonaro.
La
dimisión provocó una reacción inmediata. En diversas ciudades del país, las
personas hicieron cacerolazos y gritaron “fuera Bolsonaro genocida”. Aumenta la
tensión política, Bolsonaro ve crecer su desaprobación popular y pierde apoyo
también entre sectores de la burguesía.
Las
próximas acciones del presidente frente a la pandemia del Covid-19 serán
determinantes para el destino de millones de vidas. Las últimas cifras
arrojaron que el virus ya alcanzó todas las regiones del país, incluyendo la
Amazonía, donde hay casos confirmados de contagio y muertes en comunidades
originarias. Los números, cuestionables por la sub-notificación de casos, la
ausencia de testeos y el rápido avance de la enfermedad, apuntan a un escenario
dramático.
Ningún gobierno o
Estado garantizará los cuidados necesarios para preservar la vida. La presunta
“unión” que los políticos proclaman no es otra cosa que una trampa y la ayuda
recíproca será determinante en este momento crucial que atraviesa la humanidad.
Inês Freitas
São Paulo 17/04/2020