Causó estupor saber que, en Argentina,
el 14% de infectados por coronavirus corresponde a personal de salud. Es un
porcentaje alto con respecto a la media mundial que, según la OMS, es del 10%.
Con total cinismo, el ministro Ginés González García culpabilizó al personal
médico por esta grave situación: “Evidentemente no se
usó correctamente la ropa (…) o muchos concurrieron con fiebre a trabajar.
Tenemos que ser menos omnipotentes y entender que si tenemos un síntoma, no hay
que ir a un lugar donde podemos contagiar a mucha gente”. Palabras repudiables
porque niegan su propia responsabilidad frente a la falta de insumos y las
pésimas condiciones laborales en los hospitales, y también frente a las
clínicas privadas –verdaderas cuevas de mercenarios de la salud– que lucran con
la enfermedad de las personas con la absoluta connivencia estatal. Las palabras
de Ginés expresan, sobre todo, la irracionalidad del dominio estatal, incapaz
de sostener y proteger a quienes curan y velan por la vida de todos. Es su
propia “omnipotencia” la que se está derrumbando.
A.G.
24-04-20