Trabajadores en peligro: un largo camino a casa


Más de 350 mil personas, año tras año, viajan hacia el oeste y sur del país para trabajar en las cosechas de frutas y en los viñedos. Las condiciones en las que viven y desarrollan su actividad son paupérrimas: 7 de cada 10 trabajan en negro, con jornadas laborales de hasta 16 horas diarias, durmiendo hacinados en casas improvisadas. Como son considerados parte de la cadena de producción de alimentos, están eximidos de la cuarentena en curso. Por esto una parte de ellos continúa trabajando, aunque sin las mínimas condiciones de higiene y seguridad. Otra gran parte –la mayoría– emprendía su largo regreso a casa al momento de comenzar el aislamiento preventivo, y quedó varada en las rutas debido al cierre de las fronteras provinciales. Así, decenas de familias se encuentran hoy durmiendo en la terminal de micros de Neuquén; trabajadores salteños están retenidos y abandonados en La Rioja; cientos de micros se encuentran varados en las rutas del país, imposibilitados de llegar a destino por el cierre de fronteras provinciales, sin alimentos ni protección sanitaria. Para ellos, todavía no existe protocolo nacional alguno. Sufren la desidia e indiferencia de los gobernadores, la brutalidad de la policía caminera y el desprecio, el engaño y explotación de los grandes empresarios agrícolas.
A.G.      
17-04-20