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Democracia: eugenética por naturaleza
La lógica de la
asesinabilidad de la “mayor democracia del mundo”, la de barras y estrellas,
dirigida por el psicópata de pelo color de estopa, se hace claramente explícita
leyendo el artículo aparecido en el diario italiano “Avvenire” del pasado 10 de
abril. Luego de haberse manifestado casos de infección por Covid-19,
veinticinco estados norteamericanos establecieron por decreto que las personas
con discapacidades mentales o físicas no deberían usufructuar los auxilios
respiratorios, precisamente donde son necesarios. Ya se habla de “masacres” de
personas que, por estar más necesitadas de cuidado e imposibilitadas de
mantener el “distanciamiento”, deberían estar entre las prioridades de la lista
de quienes tienen mayores necesidades de un específico y atento cuidado. Pero
es justamente la lógica sobre la que su sistema se basa la que los hace caer al
último peldaño en la terrible y cínica escalera de “valores” fríamente aplicados
a la vida humana. Eugenesia: ¿exagero? No lo creo. Es la historia de su
fundación democrática: en el pasado, los pueblos nativos; en el presente, las
minorías étnicas, hispanas, negras, homosexuales, lesbianas y quienes tienen
capacidades diferentes. “Solo nos cuestan mucho y no producen, o son solo un
obstáculo”. Aprovechan la ocasión y empiezan a hacer limpieza... Lo saben hacer
bien, al interior de una lógica impregnada de muerte, antitética e
irreductiblemente opuesta a nuestra lógica de vivibilidad que pone en el centro
a las personas que necesitan mayor atención, cuidado y amor. Porque, si se
quiere y se sabe cuidar a quienes tienen necesidades diversas, se sabe y se
puede cuidar a todas y todos.
Riccardo
Menghini
05/05/20)