Ayer, por los
medios de comunicación, se supo que el fiscal Fernando Rivarola caratuló como
“abuso sexual simple” un caso de violación en grupo, argumentando que se trató
de un “desahogo sexual” por parte de los violadores.
El hecho sucedió hace ocho
años en Playa Unión, cuando una joven –a quien expresamos nuestra máxima
solidaridad y cercanía– fue agredida por seis jóvenes en una fiesta. Todos
ellos son “hijos del poder”, familiares de políticos y empresarios de la
provincia que, durante estos largos años, hostigaron y presionaron a la víctima
para callar su denuncia o para que aceptara un acuerdo y así evitar la
exposición que conlleva un juicio de este tipo. El discurso repudiable de
Rivarola es un decálogo de argumentos sacados del “manual del patriarca” para
atenuar el hecho: “eran jóvenes” y “había alcohol y
drogas”. Desde el Ministerio Público Fiscal de Chubut defendieron la frase de
Rivarola porque “fue sacada de contexto” y porque “en palabras simples, el abuso sexual es justamente una conducta que
busca el desahogo sexual del autor sabiendo que lo hace sin el consentimiento
de la víctima (…)”.

Una vez más
estamos frente al avasallamiento sin máscaras del Estado patriarcal contra las
mujeres y su integridad. Y otra vez, queda en evidencia la desorientación de la
flamante ministra de las mujeres cuando explica el fallo del fiscal por la “falta de perspectiva de género en la administración de justicia y de la
ausencia de capacitación de muchxs integrantes del Poder Judicial”. El problema
no es la ignorancia de los funcionarios, ellos saben muy bien lo que hacen.
Son defensores y promotores de los privilegios masculinos que atentan permanentemente contra la libertad femenina, las leyes los sostienen, y las estructuras estatales garantizan su impunidad por su carácter intrínsecamente patriarcal. Botón de muestra (uno más) es la declaración hipócrita de Arcioni, gobernador de Chubut, que mientras exige el juicio político al fiscal comparte cómodamente su espacio político peronista con el violador Alperovich y el antiabortista Manzur.
Son defensores y promotores de los privilegios masculinos que atentan permanentemente contra la libertad femenina, las leyes los sostienen, y las estructuras estatales garantizan su impunidad por su carácter intrínsecamente patriarcal. Botón de muestra (uno más) es la declaración hipócrita de Arcioni, gobernador de Chubut, que mientras exige el juicio político al fiscal comparte cómodamente su espacio político peronista con el violador Alperovich y el antiabortista Manzur.
Julia Rohatsch
04/06/20