
Está
entablada una competencia feroz también entre los Estados, sobre todo los más
ricos, para concertar acuerdos con las empresas más reconocidas y así ser de
los primeros en garantizarse –cada uno para sí, naturalmente– las suficientes
dosis de vacuna. Podemos decir que el trumpiano “America first” vale para
todos.
La
pandemia –así como el calentamiento climático– es un problema global, de toda
la humanidad. Para enfrentarlo es necesario actuar en cooperación y en
colaboración recíproca, tal como eligen hacer las buenas personas, las de
buenas intenciones, las sensatas, cuando se enfrentan a peligros comunes. Los
Estados encarnan criterios opuestos: la defensa de intereses particulares
contra los generales, los de las minorías contra las mayorías. Esto está
demostrándose una vez más y de manera dramática. Son promotores de peligros y
desastres para la humanidad, pero no solamente: también ponen de manifiesto su
ineficacia y su obsolescencia frente a los crecientes problemas globales.
Piero Neri
27/06/20