
Es bueno recordar que Perú era
considerado hasta hace poco el “milagro latinoamericano” por su crecimiento
macroeconómico sostenido. Sin embargo la pandemia dejó al descubierto que se
escondían grandes injusticias y desigualdades, con un 70% de trabajo informal,
el vaciamiento del sistema público de salud y una democracia decadente y
corrupta que se sigue guiando por los lineamientos constitucionales de la
terrorífica dictadura cívico-militar de Alberto Fujimori (presidente desde 1990
hasta el 2000).
El presidente Vizcarra, con sus grandes
vehículos y sus fornidos guardaespaldas, debió irse raudamente del hospital
ante la protesta. En medio del drama y la emergencia, un pequeño triunfo de la
dignidad.
I.R.