Reproducimos a continuación la declaración de La Comune
(Italia) sobre los resultados electorales en Estados Unidos.
Finalmente
podemos dar un pequeño suspiro de alivio. El fascistoide Trump fue derrotado y
ganó el mal menor, es decir, el mediocre Biden y la más carismática Harris.
Pero a una semana de la finalización de las elecciones, Donald Trump –que
desgraciadamente cosechó más de 70 millones de votos– con actitud golpista aún
no reconoce el resultado electoral y está lanzando amenazas, demanda al estado
de Pensilvania por los resultados y despide al jefe del Pentágono. Desde el
punto de vista del voto popular, Joe Biden venció claramente y es el presidente
más votado de la historia de los EE.UU. A pesar de ello, el resultado de las
elecciones (rito sagrado de la democracia) es todavía objeto de controversias.
Recordemos
que cuatro años atrás Hillary Clinton obtuvo tres millones de votos más que
Trump, pero a causa de las reglas electorales norteamericanas terminó siendo
derrotada.
Que no nos
engañe la participación electoral: ella se debió a la polarización y a la sana
activación de muchas y muchos, más por votar contra Trump que a favor de Biden.
Ahí está, en EE.UU, la expresión de un viejo mundo que está terminando, de una
democracia decrépita y hecha pedazos que se contradice a sí misma al permitir
que la validez misma de las elecciones se ponga en discusión. Las urnas
reflejan solo parcialmente a una sociedad en disgregación y lacerada por
divisiones múltiples: EE.UU es el país en el que, como reacción frente a la
pandemia, ha habido una corrida para la compra de armas y donde la normalidad
se compone de policías asesinando a los afroamericanos.
Si Trump fue
derrotado en primer lugar es gracias a la movilización de las mujeres, de los
afroamericanos, de la juventud, de los antirracistas. Estamos con las
persistentes movilizaciones populares en rechazo a las amenazas de Trump y a
las bandas fascistoides de sus secuaces que salen armados a las calles.
La
Comune
10/11/20