17 millones de visones serán sacrificados en Dinamarca, uno de los principales exportadores de sus pieles: debido a una mutación, el Covid-19 contagió a los animales en los criaderos e hizo el temido salto de especie (spillover), infectando también a algunas personas. Con sus dramáticas consecuencias inmediatas (para los pobres animales) y los potenciales peligros (para los humanos), la noticia debería hacernos reflexionar sobre los daños y el peligro que entraña la horrenda “megafábrica” de carnes, pieles, etc. que representa la cría intensiva, o sea, la tortura y el sacrificio de una cantidad inimaginable de animales.
Además de la indispensable denuncia a estos criminales, es importante en primer lugar un compromiso en defensa de la vivibilidad y una seria reflexión sobre la posibilidad de una vida mejor ante la cotidianidad innatural que quieren imponernos las multinacionales y los poderes opresivos. Por eso también aprendamos a tomar decisiones, grandes y pequeñas, alternativas y de sustracción de todo esto, desde la mirada que tenemos hacia la naturaleza y hacia las otras especies hasta los alimentos que compramos y con los que nos nutrimos, pasando por la vestimenta que llevamos.
Piero Neri
09/11/20