La vuelta a clases en CABA: el peligro de la grieta

Por Camilo Sans.

La vuelta a clases sin burbujas en CABA ideada por Rodríguez Larreta representa un nuevo capítulo de la pelea electoral que nos recuerda a la impostada y poco creíble “batalla” del jefe de gobierno porteño por la presencialidad de hace unos meses atrás. Esa puja no hace más que confirmar que mientras que Larreta y Alberto Fernández dicen querer cerrar la “grieta” o estar al margen de ella, siempre terminan recurriendo cuando hay algún capital político en juego. Es porque no tienen demasiado para ofrecer. Por eso, a través de los medios nos exhortan a caer en disyuntivas falsas como “si querés educación presencial sos macrista y si querés educación virtual por miedo al contagio sos kirchnerista”. La realidad es que ambos nos ponen en peligro: Larreta que quiere llenar las aulas de chicos no vacunados sin la ventilación y distancias adecuadas generando un riesgo elevado e innecesario y, del otro lado, los kirchneristas que, en vez de mejorar las condiciones de estudio y la paupérrima situación de los docentes para una presencialidad segura, nos buscan seducir con estudiar y trabajar desde casa, exponiéndonos a la deshumanizante virtualidad que representa un daño para el desarrollo social y facultativo de los más jóvenes, como ya demuestran diversos estudios sobre el impacto de las tecnologías ligeras en las niñas y niños. Lamentablemente, la infravaloración por parte de muchos docentes de estos problemas y las difíciles condiciones de trabajo, sumadas (en cierta medida) a la lógica de la grieta han conspirado contra la posibilidad de un debate fructífero sobre la educación y la salud en el ámbito educativo que ponga la vida en primer lugar.

Pensar la educación y los espacios de sociabilidad de los jóvenes en una clave alternativa es un desafío que requiere, como mínimo, romper con la lógica electoralista reinante y poner en el centro el bienestar psicofísico de los estudiantes y pensarnos como posibles factores de cuidado de nosotras/os y de los demás, buscando, así, las maneras más seguras para poder encontrarnos cara a cara.