Chile: una buena noticia y muchas incógnitas

Por Ignacio Ríos.

Es una buena noticia la derrota electoral de José Antonio Kast el 19 de diciembre, un reaccionario enemigo de la libertad de las mujeres y de los inmigrantes y defensor del accionar represivo de los carabineros, perpetradores de verdaderos desastres en el estallido social de dos años atrás. Fueron las elecciones de mayor concurrencia desde que se instauró el voto voluntario en Chile (el 55% de los habilitados), lo que indica que muchas personas fueron a votar para frenar a este peligroso personaje. Ciertamente su victoria podría haber hecho engrosar el club de los presidentes neofascistas del continente junto a Bolsonaro y dar nuevo impulso a los retrógrados y racistas.

Esto no quiere decir que la política democrática esté saliendo de su crisis ni mucho menos. El ganador de la contienda, el ex-dirigente estudiantil Gabriel Boric (del Frente Amplio, en alianza con el PC), no es más que un socialdemócrata que viene pactando desde hace tiempo con el gobierno de Piñera y también con la democracia cristiana, además de ser quien mejor sabe moverse en el clima que dejó el estallido de dignidad de 2019. Aquel importante proceso de protestas en rechazo de las desigualdades del régimen democrático chileno padecía de serios límites de proyección independiente. Tal es así que, entre medio de la pandemia, fue canalizado hacia las promesas de una nueva constitución y la conformación de una asamblea constituyente, un ámbito atravesado por los negociados entre los diferentes partidos políticos que buscan recuperar posiciones de alguna manera.

No es sorpresa que la política engañe a la gente y ponga trabas a la búsqueda de mejoramiento, sobre todo cuando estas búsquedas son confusas y se encuentran tan condicionadas por la decadencia y la falta de puntos de referencia alternativos. Es más importante e interesante apreciar de qué manera se activó una memoria histórica de parte de las mayorías populares contra el aún no completamente derrotado pinochetismo que amenazaba con volver, reciclado, de la mano de Kast. Y esto es algo que sí es motivo de esperanza para el futuro.