A 46 años de la Noche de los Lápices: Solidaridad e independencia para ser mejores juntos

¿Qué fue la Noche de los Lápices?

16 de septiembre de 1976. Año a año se conmemora esa noche que, en realidad, fueron varias. Fecha en que la dictadura secuestró a diez estudiantes secundarios de La Plata, seis de los cuales, al día de hoy, siguen desaparecidos: María Claudia, María Clara, Horacio, Daniel y Claudio. Porque lo cierto es que ellos, junto a Gustavo, Emilce, Patricia y Pablo, que lograron sobrevivir, fueron secuestrados a lo largo del mes de septiembre; ni fueron los primeros ni serían los últimos. Decenas, centenas de otras y otros jóvenes, que se hubieran comprometido o no en la lucha por el boleto estudiantil del año anterior como ellos, que militaran o no en organizaciones políticas como ellos, serían “chupados” por la represión criminal de los militares durante aquellos años oscuros.

¿Por qué sucedió y por qué queremos recordarla hoy?

A propósito de verdad, no fue en primer lugar para establecer un plan económico que se hizo el golpe del ‘76. Lo hicieron para aplastar el extendido protagonismo de juvenil que quería “cambiar el mundo”. Los sueños, si bien confusos y hasta contradictorios, de aquellas generaciones que en esos años buscaban comprometerse para mejorar sus vidas y las de los demás chocaban directamente con la pretensión de los poderes opresivos de imponer su dominio a través de la violencia concentrada contra cualquiera que expresara algún indicio de rebelión, pero también a través de la difusión del individualismo, la desconfianza social y el aislamiento encarnados en la popular frase “no te metas”. Así condimentaban el ya amarguísimo terror para adiestrar a la sociedad, volverla más dócil, funcional y hasta cómplice, generando las condiciones para la posterior etapa democrática durante la cual la violencia estatal continuaría a través de la “represión legal” y el gatillo fácil. No nos olvidemos de que desde 1983 hasta el 2021 la CORREPI registra 8172 asesinatos a manos de las fuerzas represivas democráticas, además de que Julio López sigue desaparecido. Esto muestra los lazos de sangre que unen la dictadura con la democracia estatal que, hoy más que nunca, muestra que no es ningún antídoto contra la violencia política: de sus entrañas surgen personajes como Milei, Berni y Patricia Bullrich, que junto al resto del arco político (Frente de Todos y Cambiemos) nos llaman a tomar partido en sus guerras incitándonos a participar a través de los discursos del odio que los medios de (in)comunicación se encargan de difundir. Así, sus lógicas del conflicto se terminan reproduciendo desde abajo, incrementando la desconfianza hacia los demás y la violencia social.

Es tiempo de reaccionar. Hoy, hacer memoria de los protagonistas de La Noche de los Lápices significa sustraernos de esas lógicas, buscando interpretar en clave actual las búsquedas más profundas de esos jóvenes. Queremos comprometernos de manera renovada junto a las personas más sensibles y solidarias: construir y expandir grupos independientes en los colegios, pero lejos de las instituciones, de la política y de sus lógicas. Espacios para ser protagonistas de verdad, para conocernos e intercambiar juntos sintiéndonos libres de ser nosotras/os mismas/os, basándonos en la escucha, el respeto recíproco. Para reaccionar frente a la violencia cotidiana (de la que forman parte también el machismo, el racismo y el bullying) y mejorar la convivencia en nuestros ámbitos. Y para empezar a interrogarnos juntos sobre cómo queremos vivir, relacionarnos, y más importante, quiénes queremos ser.


Jóvenes de 

COMUNA SOCIALISTA


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