Por Lorella Baldeschi
A través de cuatro puntos el ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi presentó en las Naciones Unidas la propuesta china para la paz en Ucrania: buscar el diálogo sin precondiciones, trabajar en contra de la escalada, favorecer la ayuda humanitaria y buscar la estabilización económica. Con estas líneas generales, el último imperio se destaca en la búsqueda de soluciones al conflicto. En particular, es significativa la propuesta de las intervenciones humanitarias con la que Pekín está acrecentando su credibilidad ante los ojos de numerosas poblaciones del mundo, no solo de las golpeadas por los efectos de la guerra en Ucrania. De hecho, mientras las Naciones Unidas, la OTAN y la Unión Europea se implicaron en la guerra enviando armas o promoviendo sanciones contra Rusia, China puede reiterar que “siempre estuvo del lado de la paz” y expresar el deseo de seguir “desarrollando un rol constructivo”. Entre los opresores, el imperio chino se destaca como la potencia más coherente y la que está en grado de ofrecer propuestas verosímiles por la paz en Ucrania también porque respetó el enfoque y los principios declarados desde el inicio de la agresión rusa. Y con este perfil puede acrecentar su crédito a nivel internacional.