Perú: esperanzas, peligros y contradicciones

Por Piero Neri

En estos meses, el Perú se ve sacudido por una profunda crisis política y por grandes manifestaciones después del autogolpe fallido del presidente Castillo. El gobierno de Boluarte, que lo sucedió, reprimió con gran violencia las movilizaciones cosechando decenas de víctimas, lo que confirma el carácter sanguinario del Estado peruano. La guerra sucia entre el ejército asesino y el barbárico terrorismo de Sendero Luminoso ya había provocado decenas de miles de muertos en el pasado, sobre todo entre las poblaciones indígenas. Hoy las instituciones revalidan su rol de guardianas de las élites dominantes, profundamente racistas y clasistas, demostrando cuán peligrosa y proclive es la democracia a reprimir y a matar, sobre todo en momentos de fragilidad y de crisis. Por otra parte, la revuelta de la parte históricamente más oprimida del país (las poblaciones indígenas y mestizas) mostró tanto potencialidades como límites y contradicciones. Algunas de las principales esperanzas y reivindicaciones que emergieron en las recientes movilizaciones, ante todo contra la represión y el racismo, por el respeto y la dignidad de los pueblos indígenas, son legítimas y compartibles. Lamentablemente este emerger humano está signado por profundas contradicciones y límites concienciales teniendo en cuenta que surgió en defensa del presidente Castillo y aún hoy existen ilusiones perniciosas sobre su rol. El expresidente, de orígenes indígenas y humildes, se había propuesto demagógicamente como punto de referencia para los oprimidos y por ello fue atacado por las élites dominantes. Sin embargo se trata, en realidad, de un personaje impresentable que no dudó en pactar con fuerzas de derecha y que expresó posturas patriarcales, homofóbicas y contra los inmigrantes. Una dramática confirmación de que los desvalores más retrasados no reconocen barreras étnicas y sociales. Más allá de la firme condena a la feroz represión estatal y el posicionamiento en defensa de la vida y la libertad de expresión y movilización, es evidente que este proceso también es de carácter contradictorio y confuso. De hecho, en la conciencia de muchos protagonistas hay un entrelazamiento irresuelto de esperanzas legítimas e ilusiones peligrosas, depositadas tanto en Castillo como en soluciones democrático-institucionales. Esto hace todavía más importante la presencia y el deseable desarrollo de corrientes independientes en grado de expresar afirmativamente las exigencias y aspiraciones más genuinas de la gente común.

18/02/23

Publicado en La Comune Online