Unidos el 24 de marzo en defensa de la vida

Por Ignacio Ríos


En el pasado aniversario del último golpe de Estado, nos movilizamos, también junto al Círculo de Amigas Feministas, bajo la consigna “En defensa de la vida contra las guerras y el belicismo de los Estados”. Buscamos enlazar la memoria de la barbarie de la dictadura y la resistencia contra ella, no solo con las guerras y la represión que desatan los Estados hoy, sino también con las diversas formas de emersión humana esperanzadora, como la revuelta de las mujeres en Irán o la lucha del pueblo peruano, aun en sus contradicciones. Por este motivo, tanto en la preparación de la marcha como en la misma jornada –a través de nuestras consignas, agitaciones y cantos– denunciamos la democracia de los cuarenta años que, siendo claramente menos mala que la dictadura, también mata, condena a las personas a la miseria y pretende enterrar los mejores ejemplos de reacción de nuestra gente.

Por suerte, dentro de la columna del “Encuentro Memoria, Verdad y Justicia”, contamos con “aliados” en esta batalla, ya que hemos confluido en un bloque unitario con las compañeras y compañeros del Club Antifascista Pueblos Unidos (CAPU) y con el grupo Asambleas del Pueblo. En el acto de cierre coincidimos en la denuncia del carácter opresivo de las democracias y de todos los Estados y en la necesidad de construir unidad frente a la represión, el racismo, la xenofobia, la violencia de género y también el avance del neofascismo.

Esta nueva movilización del 24 de marzo también dejó una conclusión: se trata del rol nefasto del peronismo, que intentó –vale decir que sin éxito– hacer de ese día tan especial un acto contra la supuesta proscripción de Cristina Fernández. Un capítulo más de su estrategia de instrumentalización y politización de la causa de los derechos humanos que está haciendo que muchísimas personas se alejen de la marcha año a año. ¿Qué consecuencias puede tener ello en un contexto de avance de ideas y propuestas de derecha? Es más necesario que nunca combatir coherentemente en defensa de la vida dejando en claro que las organizaciones adictas al gobierno están traicionando los derechos humanos y que, por ende, no da lo mismo participar en una convocatoria independiente o en una oficialista.