Por suerte, dentro de la columna
del “Encuentro Memoria, Verdad y Justicia”, contamos con “aliados” en esta
batalla, ya que hemos confluido en un bloque unitario con las compañeras y
compañeros del Club Antifascista Pueblos Unidos (CAPU) y con el grupo Asambleas
del Pueblo. En el acto de cierre coincidimos en la denuncia del carácter
opresivo de las democracias y de todos los Estados y en la necesidad de
construir unidad frente a la represión, el racismo, la xenofobia, la violencia
de género y también el avance del neofascismo.
Esta nueva movilización del 24 de marzo también dejó una conclusión: se trata del rol nefasto del peronismo, que intentó –vale decir que sin éxito– hacer de ese día tan especial un acto contra la supuesta proscripción de Cristina Fernández. Un capítulo más de su estrategia de instrumentalización y politización de la causa de los derechos humanos que está haciendo que muchísimas personas se alejen de la marcha año a año. ¿Qué consecuencias puede tener ello en un contexto de avance de ideas y propuestas de derecha? Es más necesario que nunca combatir coherentemente en defensa de la vida dejando en claro que las organizaciones adictas al gobierno están traicionando los derechos humanos y que, por ende, no da lo mismo participar en una convocatoria independiente o en una oficialista.