Por Fabio Beltrame
Mientras los dos generales están
devastando la capital de Sudán movidos por una vampírica sed de poder y dinero,
una amplia red humana sostiene incansablemente a la población en Jartum
atrapada en el fuego cruzado entre las dos facciones político-militares.
“¿Alguien conoce a alguna familia
de Omdurman al-Thawra que necesite alimentos?” escribe sobre cientos de
folletos un estudiante de odontología señalando que algunos productos como
harina, arroz y fideos aún están disponibles. Otros jóvenes indican dónde es posible
abastecerse de medicinas o acompañan a los heridos para que puedan recibir la
atención necesaria. Para obtener lo indispensable –comida, agua, medicamentos y
centros de salud– el tejido humano permite saber dónde están los centros autoorganizados
de distribución de alimentos y medicamentos y cómo llegar de manera segura. En la
ciudad devastada es posible leer carteles: “Quien necesite agua, nuestra casa
está abierta para ellos las 24 horas”. La red solidaria está guiada por las y
los jóvenes de los “comités de resistencia”, miles de organismos que en todo el
país han sido en el pasado la columna vertebral de las movilizaciones luego de la
expulsión de Omar al-Bashir en 2019 y hoy lo son en las protestas contra la
guerra. Los “revolucionarios de los barrios” lanzan cada día el eslogan
#NoToWar! (“#NoalaGuerra!”, ndt) en las manifestaciones contra la lucha
intestina del poder político-militar.
Al lado de los comités, operan también
organizaciones como Hadhreen que coordinan la solidaridad de la amplia
comunidad sudanesa emigrada en África y Europa y a los muchos médicos que están
intentando volver a entrar para llegar a las estructuras sanitarias de los
comités. Afuera de Jartum se cuentan por centenares las ofertas de alojamiento
para las miles de personas que están escapando. “Soy tu hermano de Rufa´ah1 y puedo
darte alojamiento con 100 camas, electricidad y agua para las personas”,
escribe alguien a 140 km al sudeste de la capital.
El neto contraste con la
asesinabilidad de los criminales uniformados, uno y otro financiados por titiriteros
internacionales como Rusia, Estados Unidos, Israel y los emires del Golfo, está
en el eslogan de un grupo de jóvenes en Atbara, a 300 km de Jartum, que hospeda
a los refugiados que escapan, con las palabras: “¡Son bienvenidos, somos todos
hermanos!”. (29 de abril de 2023).
Paolo Manzo, “Sudan, chi c’è dietro alla guerra” (“Sudán, quién está detrás de la guerra”, ndt), Vita, 18 de abril de 2023.
BBC Africa Today podcast “Sudan Fights” (“Sudán lucha”, ndt), 23 de abril de 2023. 1Nde: ciudad del estado de Al Jazirah, en el centro-este de Sudán.