Por Federico Sanders
El último mes volvimos a recordar a Valentín Blas
Correas y cómo fue asesinado por la maldita policía de Córdoba. Fue una de las tantas
víctimas durante el aislamiento social obligatorio. Gracias a las
movilizaciones y la lucha que se llevó adelante, en primer lugar, por su madre,
los dos policías que dispararon fueron condenados a cadena perpetua.
¿Qué nos dice este, y tantos otros casos, del actuar
policial e institucional de la justicia cordobesa? La prepotencia y el accionar
represivo lo vivimos a diario: detenciones arbitrarias por discriminación,
persecuciones, casos de gatillo fácil, etc. Esto se profundiza aún más cuando
intentan encubrirlo con la complicidad del aparato judicial y los políticos.
¿Lo hacen por ignorancia e ineficiencia? ¿O porque está inscripto en la misma
razón de ser de estas instituciones? Si bien existen responsables particulares
y claros, y es importante nombrarlos y denunciarlos, es necesario identificar
las lógicas institucionales y políticas que deshumanizan la vida todos los
días. Su prioridad es mantener una porción de poder negativo y su verdadero
objetivo es mantenernos sumisos, instruirnos como obedientes ciudadanos, no darnos
la opción de elegir por fuera de los márgenes institucionales; buscan reducirnos
a números y estadísticas y anular nuestro posible protagonismo. Lo hemos visto
en todo el país en casos como el de Santiago Maldonado, Facundo Castro, Mariano
Ferreyra, etc. Lamentablemente, hay quienes hacen propia la violencia y la
deshumanización, no olvidemos a Fernando Báez Sosa o a Agustín Ávila que fallecieron
luego del ataque de patotas juveniles. Pero no nos resignemos, se puede elegir
reaccionar y ser protagonistas de un cambio positivo. Si somos más atentos,
solidarios y respetuosos, si enfrentamos el racismo, el machismo, el bullying y
la represión, mucho más en estos tiempos de ascenso de las derechas
neofascistas. Así podremos encontrarnos en mejores condiciones para cuidarnos
entre todos y todas y construir mejores ámbitos de estudio, trabajo, diversión,
etc. Encontrarnos a hablar de estos temas puede ser el inicio.