A continuación publicamos la toma de posición de nuestras/os compañeras/os de Socialismo Libertario del Estado español publicada en su web: www.socialismolibertario.org
Tenemos que alegrarnos: las previsiones que daban por hecho que estas latitudes ibéricas también caerían, de la mano de VOX, bajo el influjo ultra-retrógrado que se extiende por Europa, con Meloni en Italia o con gobiernos como los de Polonia o Hungría, se han dado de bruces con la capacidad de respuesta de las gentes de izquierdas y, en particular, de muchos millones de mujeres. Ha votado más del 70% del censo, algo increíble en estas fechas veraniegas. Los resultados han descalabrado la marcha política prepotente del dictado machista-patriarcal de Santiago Abascal y de los suyos: han perdido 19 diputados y cientos de miles de votos.
Por ende, para la derecha del PP, que ha subido en 3 millones de votos, muchos seguramente del desaparecido Ciudadanos, su ganancia es amarga porque no puede gobernar.
La movilización de las diversas sensibilidades de las izquierdas y de los nacionalismos e independentismos catalanes y vascos, de distintas maneras, han desarbolado el ansia de la derecha: hacerse de nuevo con el gobierno del Estado. Nada de lo previsto por el PP de Feijoo ni por los centros mediáticos de opinión se ha cumplido. La derecha vivió anoche el desconcierto y tuvo que paladear el agrio sabor de la imposibilidad de llegar al gobierno. Más de 12 millones y medio de personas, con sus votos a las izquierdas políticas y reformistas o a los independentismos le cerraron el paso y dijeron a Feijoo que este ¡no es el momento!
No es que los votos a las derechas retrógradas y centralistas fuesen pocos: más de 11,7 millones si sumamos los del PP, VOX y UPN. Pero las cifras vuelven a confirmar, una vez más, que estas tierras de comunidades populares y de naciones de diversas sensibilidades no se quieren dejar encorsetar fácilmente dentro de los esquemas de una «España Una y Grande» ni plegarse demasiado dócilmente a las ansias patronales más groseras y explotadoras.
Por supuesto, los resultados electorales no ofrecen respuestas propositivas a ninguna de las cuestiones y necesidades humanas esenciales que sentimos cotidianamente: ni a la libertad de las mujeres, ni a la libertad y a los derechos de las personas que emigran en busca de una vida mejor, ni a los anhelos de dignidad, de independencia, de justicia, de solidaridad y de afecto que, aunque con dificultades, se anidan en los corazones de las gentes de buena voluntad y de las mejores personas.
Es más, como todo lo que acontece en esta decadencia sistémica, el porvenir de los tiempos inmediatos es tan impredecible como los riesgos de ingobernabilidad de las maquinarias estatales del orden de opresión y explotación que dominan el mundo. Esto vale también para el gobierno y el Estado español. Las incógnitas en política siguen abiertas. Lo positivo es que sus expresiones más retrógradas en estas tierras tienen que batirse en retirada, por ahora.
Por lo demás, nosotras y nosotros, comprometidos por una vida mejor, seguiremos buscando y profundizando en las mejores expresiones cotidianas de bien, libertad y solidaridad para fortalecer espacios y ámbitos organizados que las hagan crecer y desarrollarse de forma duradera.
Por ende, para la derecha del PP, que ha subido en 3 millones de votos, muchos seguramente del desaparecido Ciudadanos, su ganancia es amarga porque no puede gobernar.
La movilización de las diversas sensibilidades de las izquierdas y de los nacionalismos e independentismos catalanes y vascos, de distintas maneras, han desarbolado el ansia de la derecha: hacerse de nuevo con el gobierno del Estado. Nada de lo previsto por el PP de Feijoo ni por los centros mediáticos de opinión se ha cumplido. La derecha vivió anoche el desconcierto y tuvo que paladear el agrio sabor de la imposibilidad de llegar al gobierno. Más de 12 millones y medio de personas, con sus votos a las izquierdas políticas y reformistas o a los independentismos le cerraron el paso y dijeron a Feijoo que este ¡no es el momento!
No es que los votos a las derechas retrógradas y centralistas fuesen pocos: más de 11,7 millones si sumamos los del PP, VOX y UPN. Pero las cifras vuelven a confirmar, una vez más, que estas tierras de comunidades populares y de naciones de diversas sensibilidades no se quieren dejar encorsetar fácilmente dentro de los esquemas de una «España Una y Grande» ni plegarse demasiado dócilmente a las ansias patronales más groseras y explotadoras.
Por supuesto, los resultados electorales no ofrecen respuestas propositivas a ninguna de las cuestiones y necesidades humanas esenciales que sentimos cotidianamente: ni a la libertad de las mujeres, ni a la libertad y a los derechos de las personas que emigran en busca de una vida mejor, ni a los anhelos de dignidad, de independencia, de justicia, de solidaridad y de afecto que, aunque con dificultades, se anidan en los corazones de las gentes de buena voluntad y de las mejores personas.
Es más, como todo lo que acontece en esta decadencia sistémica, el porvenir de los tiempos inmediatos es tan impredecible como los riesgos de ingobernabilidad de las maquinarias estatales del orden de opresión y explotación que dominan el mundo. Esto vale también para el gobierno y el Estado español. Las incógnitas en política siguen abiertas. Lo positivo es que sus expresiones más retrógradas en estas tierras tienen que batirse en retirada, por ahora.
Por lo demás, nosotras y nosotros, comprometidos por una vida mejor, seguiremos buscando y profundizando en las mejores expresiones cotidianas de bien, libertad y solidaridad para fortalecer espacios y ámbitos organizados que las hagan crecer y desarrollarse de forma duradera.
24/07/2023