Ataque a la Reserva Ecológica de Costanera Norte: reactivar la asamblea para defenderla


Por Camila Carbia
Con el inicio del año académico empezó una lucha en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA en defensa de la Reserva Ecológica Ciudad Universitaria-Costanera Norte (RECU-CN). Nosotros, jóvenes de Comuna Socialista, fuimos impulsores de la creación de una asamblea independiente junto con otros estudiantes. Identificamos en este camino algunos grandes desafíos: proteger la reserva del ataque de la alianza entre el Gobierno de la Ciudad y la UBA, unirnos para pensar y mejorar la relación con la naturaleza y también aprender a luchar juntos con personas de distintos recorridos y compromisos fomentando el protagonismo de cada una y cada uno.
En estos meses, la principal dificultad que tuvimos como Asamblea fue subestimar la reflexión sobre las razones fundamentales de la lucha y la construcción y expansión de este espacio creyendo que alcanzaba con organizar muchas actividades. Cuando, en realidad, la discusión sobre la naturaleza y su cuidado es una cuestión compleja y apasionante que nos concierne a todos/as porque somos una parte especial de ella, la única que puede representársela y, por lo tanto, mejorarla conscientemente.
Los que buscamos defender la Reserva tenemos como motivación de fondo la defensa de la vida. Como nos explican los expertos en el tema, cuidar la biodiversidad de la Reserva es fundamental para la purificación del aire, la regulación de las temperaturas y el control de las inundaciones y sequías. Por el contrario, los burgueses, en su búsqueda insaciable e irracional de poder y riqueza, siguen explotando el medioambiente, empeorando las condiciones de vida de las mayorías y condenándonos a una vida urbana cada vez más riesgosa e indigna. Las concepciones políticas, inclusive las de los partidos de izquierda, están subordinadas a la lógica del progreso, que lleva a pensar, por ejemplo, que el problema está en quién gestiona las instituciones estatales o en cómo se distribuyen las ganancias de la explotación de la naturaleza. Pero el problema es que tanto el Estado como el mercado están regidos por lógicas opresivas y extractivistas. Por lo tanto, la defensa de la vida depende de que nos unamos de manera independiente para afirmar una mejor relación con el medioambiente. Al respecto, queremos proponer con mayor convicción esta discusión en las próximas asambleas. Hasta ahora, se le dio importancia casi únicamente a la cuestión de “¿qué hacemos?” mientras que los partidos se concentraron en la contienda electoral, lo que generó la desilusión de muchos estudiantes que habían empezado a comprometerse por la causa aun teniendo algunas expectativas en la vía político-institucional.
Queremos contribuir a reactivar la Asamblea para que sea, como en un principio, un espacio para debatir, conocernos y actuar juntos en defensa de la Reserva. Para ello, todas las personas (organizadas o no) tenemos que poder expresarnos en libertad, partiendo de lo que nos une y afrontando las diferencias. Por eso, estamos en contra de que se prohíba la participación de organizaciones y de partidos políticos con su identidad, como algunas personas plantearon en la última asamblea. Por otro lado, creemos que la subestimación del factor humano que se evidencia también en la centralidad que tienen las redes sociales y la virtualidad desdibuja el rol fundamental que pueden tener las personas para cambiar los contextos en los que viven. Nosotros queremos fomentar el protagonismo directo de todas/os para que podamos pensar juntas/os los contenidos y los métodos para seguir defendiendo la Reserva. Para que al interior de los muros fríos del saber académico se pueda crear una cotidianidad diversa, hecha de intercambios y discusiones sobre tantos temas relativos a cómo mejorar nuestra vida en común y nuestra relación con la naturaleza.

Publicado en Comuna Socialista 84