¿Compromiso humano o artificial?

Federico Sanders

 
 
Hace unas semanas, en las redes sociales se publicaron imágenes recreadas con “inteligencia” artificial de hijos e hijas de desaparecidos durante la última dictadura militar. ¿Qué se buscaba con esto? El mismo autor explicitó que no tienen ningún tipo de rigor o validez científica y que su fin es –a partir de una inverosímil “imaginación artificial”– reconstruir una representación gráfica de cómo se verían esas personas hoy.
Cada vez más noticias proclaman un futuro poshumano en el que la IA agilice, reemplace o llene los supuestos espacios vacíos de nuestra inteligencia, creatividad o imaginación. Lamentablemente, muchas personas, incluso bien intencionadas, asumen estas ideas como propias, y ahora vemos el riesgo de que se propaguen entre quienes se comprometen por los derechos humanos. Nosotros creemos que lo que sostiene y ha sostenido la búsqueda de los nietos apropiados es un complejo entramado humano que estas nuevas tecnologías no pueden ni podrán reemplazar.
La búsqueda de la verdad precisa de la colaboración y cooperación de muchas personas. Es un recorrido que comienza con el acto de valentía de quien se pregunta sobre el propio origen, muchas veces suscitado por alguna persona cercana o por el coraje de los nietos que hacen pública su situación. Estas dudas son recibidas por quienes se comprometen junto a Abuelas de Plaza de Mayo, personas que intentan brindar contención y acompañan en este inicio de búsqueda. Así comienza una investigación realizada por seres humanos para otros seres humanos, que implica mucha (muchísima) convicción, conciencia y sentimiento, creatividad, inteligencia y memoria por parte de centenares de personas y profesionales que aportan desde apoyo psicológico hasta la reconstrucción biográfica para sostener esta búsqueda de verdad. Es gracias al compromiso de cuidado, atención y solidaridad que se ha logrado restituir al nieto número 133 el pasado 28 de julio. Es gracias a estas personas que se develan una vez más los crímenes de la última dictadura militar.
¿Es posible delegar todo esto en tecnologías que dejen de lado el factor humano? Estos falsos atajos, lejos de hacer crecer la conciencia, la dejan en penumbras. El primer recurso del que disponemos no es tecnológico, sino humano. No es la IA quien imagina y recrea relaciones y lazos humanos que fueron ultrajados hace décadas. Depende de personas de carne y hueso, con inteligencia, razón, conciencia y sentimientos, determinadas a buscar el bien y la verdad.

Publicado en Comuna Socialista 85