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Una vez más la prepotencia asesina policial: Facundo Molares resultó muerto este jueves por la represión de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires en pleno Obelisco, cuando el MTR, Votamos Luchar y Rebelión Popular estaban realizando un loable acto contra la farsa electoral del domingo. Estos son los resultados concretos del clima de odio y autoritarismo que se desprende del discurso de los candidatos, consistente en poner orden en las calles a los palazos. La política democrática decadente y violenta impulsa a las fuerzas represivas para llevarlo adelante y, como vemos, no se están tardando demasiado en comenzar.
No hubo ni corte de calle ni ataques previos a la policía. El gobierno de la ciudad y los medios de comunicación afines lanzan mentiras para encubrir esta barbaridad. Cierran filas Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, esta última acusando a las organizaciones de que “llevan gente que no está en condiciones de salud” y diciendo que está bien que la policía reprima sin preocuparse por los “costos”. Mientras tanto, Victoria Villarruel –la candidata a vice de Milei– festeja que se haya terminado la “impunidad” de uno de los “terroristas y delincuentes” que la extrema derecha identifica entre los manifestantes.
En democracia, la vida está bajo ataque. No seamos indiferentes, es necesario defenderla, parar inmediatamente una posible escalada represiva y denunciar el carácter de odio y violencia de este proceso electoral en particular. Para nosotros, todas las fuerzas políticas mayoritarias son responsables (desde Unión por la Patria hasta Juntos por el Cambio, pasando por el partido de Milei) porque están buscando la legitimidad que dan los votos para lanzar un ataque directo contra la libertad de expresión y manifestación. No le hagamos el juego, no seamos parte de esta farsa. Impugnemos el voto, y concentremos nuestros esfuerzos en unirnos, hacer crecer la solidaridad en defensa de la vida y del bien común de las mayorías, enfrentando la lógica bélica, el racismo y los desvalores criminales de los Estados.
No hubo ni corte de calle ni ataques previos a la policía. El gobierno de la ciudad y los medios de comunicación afines lanzan mentiras para encubrir esta barbaridad. Cierran filas Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, esta última acusando a las organizaciones de que “llevan gente que no está en condiciones de salud” y diciendo que está bien que la policía reprima sin preocuparse por los “costos”. Mientras tanto, Victoria Villarruel –la candidata a vice de Milei– festeja que se haya terminado la “impunidad” de uno de los “terroristas y delincuentes” que la extrema derecha identifica entre los manifestantes.
En democracia, la vida está bajo ataque. No seamos indiferentes, es necesario defenderla, parar inmediatamente una posible escalada represiva y denunciar el carácter de odio y violencia de este proceso electoral en particular. Para nosotros, todas las fuerzas políticas mayoritarias son responsables (desde Unión por la Patria hasta Juntos por el Cambio, pasando por el partido de Milei) porque están buscando la legitimidad que dan los votos para lanzar un ataque directo contra la libertad de expresión y manifestación. No le hagamos el juego, no seamos parte de esta farsa. Impugnemos el voto, y concentremos nuestros esfuerzos en unirnos, hacer crecer la solidaridad en defensa de la vida y del bien común de las mayorías, enfrentando la lógica bélica, el racismo y los desvalores criminales de los Estados.
11 de agosto
