Por La Comune
Nos solidarizamos con todas las víctimas del terremoto en Marruecos y de las inundaciones en Libia, apoyamos a sus seres queridos y a los sobrevivientes para que vuelvan a tener una vida digna. Hasta el momento, el número de víctimas mortales en Marruecos se eleva a 3000, mientras que en Libia las inundaciones en la zona de Derna se saldan tristemente con 5000 muertos confirmados y más de 10.000 desaparecidos. Lo que queda claro es que, debido a las difíciles condiciones de vida a las que están sometidas las poblaciones, las catástrofes naturales, cada vez más provocadas por el terricidio en curso, se convierten en enormes tragedias humanas. En Marruecos, las numerosas muertes se debieron principalmente a las condiciones de vida inhumanas; y en Libia, dos represas deterioradas, próximas a un gran núcleo de población, se derrumbaron bajo la presión del agua. La solidaridad que se activó entre las personas en el extranjero y en los lugares de las tragedias está buscando y ofreciendo medios para limitar la tragedia y atender a los sobrevivientes. Las filas para donar sangre, las colectas que hacen los emigrantes, las campañas de solidaridad que llegan de tantas asociaciones caritativas y personas solidarias se ven contrarrestadas por el avance prepotente de los Estados implicados. Marruecos no ofrece medios para acceder a las zonas más remotas, al igual que en la Cirenaica del señor de la guerra Haftar los medios se despliegan para el control militar y no para ayudar a la gente. En Europa y en Italia en primer lugar, la preocupación dominante por parte de los gobernantes es cómo frenar las salidas de los que emigran en busca de salvación, es decir, cómo generar más muertes de inocentes. Defendemos la solidaridad directa y humana y la plena hospitalidad de todas las víctimas de las catástrofes medioambientales y estatales que también busquen refugio en este país.