La Virgen y San Cayetano, los más convocantes

M.C.

No sería correcto subestimar la capacidad que todavía tiene la política de movilizar a las personas en este país, pero mientras que la Patoneta recorre las provincias, Massa ejecuta su plan “platita” y Milei transpira y desenfunda su motosierra una y otra vez ante una horda de frustrados jadeantes, San Cayetano y la virgen de Luján siguen convocando a millones cada año sin necesidad de mucho proselitismo. No sabemos a quiénes votan esas multitudes, pero tal vez quien se moviliza tiene exigencias humanas y espirituales a las que ningún político –ni la política– busca dar respuesta. Exigencias que cualquiera puede reconocer en lo más profundo de su intimidad, como la esperanza de una vida mejor y la búsqueda de fuerzas para realizarla. Son aspiraciones a expresar algo bueno de sí, esas potencialidades que pueden hacernos mejor humanidad, pero que son canalizadas y distorsionadas por vía religiosa.
La política piensa a los seres humanos como bocas que alimentar y, mientras tanto, millones se movilizan para cuidar, bien o mal, su alma (conciencia para los humanistas socialistas), depositando sus esperanzas en el más allá. ¿Podremos junto a algunas de ellas intentar reconducirlas a las potencialidades humanas en esta Tierra?

Publicado en Comuna Socialista 86