Nagorno–Karabaj: solidaridad con la población armenia

I.R.
Se produjo una nueva manifestación de la aceleración bélica mundial en la república separatista de Nagorno-Karabaj, cuando una veloz ofensiva de las fuerzas armadas de Azerbaiyán desarticuló definitivamente la resistencia de este enclave de mayoría armenia.
Esta región –oficialmente parte de Azerbaiyán– se había proclamado como república independiente luego de una cruenta guerra posterior a la disolución de la URSS que se llevó la vida de 30 mil personas. Llamada por los armenios “República de Artsaj”, siempre fue territorio en disputa hasta que en una nueva guerra, en 2020, Azerbaiyán recuperó posiciones, también bloqueando el paso estratégico de Lachín que une Armenia con Nagorno-Karabaj. No es casualidad el momento elegido por Bakú (capital azerí) para dar el golpe de gracia. Rusia es el tradicional árbitro del Cáucaso y hacía de equilibrista entre su alianza con Armenia y la búsqueda de mantener relaciones con Azerbaiyán. Dicho país, en vista de la situación que atraviesa Rusia, aprovechó para pasar a la ofensiva con el apoyo de Turquía, su tradicional aliado regional. Es así como la república de Nagorno-Karabaj pasará a la historia a partir del 1 de enero de 2024. Actualmente la mitad de su población está yendo a refugiarse en Armenia, por un lado por no querer someterse al régimen azerí, pero también por temor a la limpieza étnica.
Es un fresco del mundo de hoy: la guerra en Ucrania llama a nuevas guerras, principal herramienta para que los Estados diriman sus diferencias siempre en detrimento de las poblaciones. Situaciones que presagian un futuro peor y que sacuden los dramas del pasado, esta vez del genocidio armenio nunca reconocido por el Estado turco que, ahora, parece volver a la carga. 

Publicado en Comuna Socialista 86