I.R.
La verdad es que la principal propuesta de Patricia
Bullrich en la carrera hacia la presidencia es el “orden”. Quizás sea la única:
“el orden nos permite soñar”, “de esta Argentina solo salimos con orden”, “cuando
hay orden podemos vivir una vida normal”, “queremos un país ordenado” y “hay
violencia cuando no hay orden”. Si se analizan las imágenes de los spots
televisivos que acompañan estas frases huecas y se conoce el prontuario de
Bullrich (siempre del lado de las minorías dominantes y explotadoras, amante
del accionar de las fuerzas represivas y responsable de la muerte de Santiago Maldonado,
entre otros ítems de su currículum), es evidente que, para ella, un país
“ordenado” es uno con gente sometida, con los ricos y la burguesía llenándose
los bolsillos y haciendo negocios sin que nadie moleste y ponga un freno a su
acumulación. Por eso, en su discurso, el “orden” rima con “represión”. Es decir,
“la represión nos permite soñar” y “cuando hay represión podemos vivir una vida
normal”. Todos los problemas del país se solucionan con represión. ¿Se puede
tener otra interpretación cuando Bullrich promete terminar con los piquetes y
las luchas laborales, que supuestamente entorpecerían “a los ciudadanos que
quieren hacer las cosas bien”? El país que promete la dueña de la “Patoneta” se
parece más a un regimiento en donde los trabajadores, las mujeres, los
inmigrantes, los movimientos sociales y populares, la juventud estudiantil, las
comunidades en defensa del medio ambiente y los defensores de los derechos humanos
deberían optar entre el sometimiento y los palazos.
Publicado en Comuna Socialista 86