Encuentro Internacional de la Corriente Humanista Socialista: Lógicas del bien contra las guerras


Las raíces de una cohesión por expandir

Finalmente volvimos a rea­lizar el Encuentro Interna­cional tan esperado, luego de tres años debido a la pandemia. Centenares de personas de más de veinte lugares de proveniencia nos dimos cita en nuestra querida Casa de la Cultura (Florencia, Ita­lia). Comuna Socialista participó con una nutrida delegación desde Argentina. Compartimos con to­das y todos ustedes las primeras imágenes y reflexiones.

 

Por Carla Longobardo, Barbara Spampinato y Francesca La Sala

 

Empezamos a restituir algunas imágenes y primeras valora­ciones sobre el Encuentro Internacional. Es solo el inicio. Ver­daderamente vale la pena que te cuenten sobre esas jornadas en per­sona si no lograste venir (muchos no pudieron hacerlo por motivos de salud y los hemos recordado tanto). También vale la pena, entre los que estuvimos, seguir reflexionando jun­tos. En caliente (aunque haga calor), eligiendo los tiempos y los ámbitos apropiados, será tan útil como bené­fico entrelazar los comentarios y los recuerdos, las intuiciones y las consi­deraciones sobre las ideas descubier­tas y sobre las numerosas y nuevas sugerencias.

Solamente juntos podemos ha­cernos de una razón sentimental de aquella maravilla humana que es la capacidad de compartir y de escu­charnos recíprocamente, de cohe­sión y de comunión que se activa en un lugar tan especial como la Casa de la Cultura de nuestro humanismo socialista. No lo dan por sentado ni siquiera los que tienen décadas de historia en común tras sus espaldas, y es aún más sorprendente para los que apenas comenzaron a conocer­se o se vieron por primera vez. Y sin embargo sucedió, de nuevo. La po­tencia extraordinaria de elegir encon­trarse –recorriendo a veces miles de kilómetros o hasta sobrevolando un océano– para comenzar a ser juntos, aprendiendo a mirarse, a escucharse, a conmoverse y a brindarse sonrisas aun detrás del barbijo.

Lo dijimos en la vigilia: fueron años difíciles, entre la pandemia y la guerra, y fueron menos frecuentes las ocasiones en las que nos encontra­mos presencialmente (por ejemplo, en los seminarios ‘‘Las personas y las ideas’’). Años en los que la circu­lación de las palabras escritas fue aún más una linfa vital. Gracias a Reac­cionar y a los Diálogos de Viernes* pudimos eslabonar, primero a la dis­tancia y después de cerca, nuestros pensamientos, nuestros interrogan­tes, nuestra esperanza, incluso en los momentos más oscuros. Hemos mantenido el compromiso del auto­financiamiento que nos permite ser independientes, encontrando dispo­nibilidad y generosidad, en algunos casos realmente extraordinarias.

De marzo en adelante, otro texto precioso de nuestro maestro y funda­dor Dario Renzi comenzó a acompa­ñarnos: el ensayo por entregas Las primeras raíces y el último Imperio. ‘‘Prisma antropológico’’ para indagar sobre los claroscuros de este presente atormentado y doloroso que, sin em­bargo, no para de ofrecer pruebas de emersión humana y, en ella, del géne­ro femenino; que sigue demostrando cómo las mejores características de los seres humanos fueron atacadas y desfiguradas, pero están presentes y son insuprimibles.

Las primeras raíces… nos están ofreciendo una brújula para mirar el futuro con más convicción en noso­tros mismos, para extraer las mejores lecciones de los recorridos más bené­ficos de nuestra especie. Fueron un robusto trasfondo ideal para este En­cuentro dedicado a la sedimentación, laboriosa y posible, de las lógicas del bien contra las guerras. Para conce­bir e inspirar la práctica de aquella idea de pacificación hoy tan urgente también en la vida cotidiana, la que podemos poner a la obra solamente en primera persona y juntos, y que ningún Estado, todos belicistas, po­drá garantizar.

Las ideas de las raíces que nos ca­racterizan como seres humanos –la primariedad y el origen femenino, la subjetividad múltiple de cada una/o, el misterio de la conciencia, la natural propensión a la cultura, el anhelo mo­ral y ético– atravesaron diversamente las decenas de debates empezando por la apertura del miércoles: de las introducciones matutinas a los cír­culos de diálogo, desde las lecturas en voz alta hasta el Encuentro con las hermanas y hermanos de distintas proveniencias, desde la Mesa Redon­da para recorrer caminos de unidad y de solidaridad útil para combatir las guerras y el racismo hasta las conclu­siones dedicadas a los proyectos, tan­to inmediatos como de largo alcance.

Ideas sentidas y vividas, no solo discursos. Esbozos de la búsqueda de la lógica de bien fueron reconoci­bles en la cooperación generosa que permitió prepararse para hospedar a centenares de personas en un lugar tan especial como la Casa de la Cul­tura (y su parque), hoy bajo la guía de una nueva dirección que busca la entereza en el desafío de una nueva convivencia posible. Signos visibles en la colaboración y en la disponibi­lidad de parte de todos a la hora de afrontar juntos también los peque­ños inconvenientes; en los gestos de responsabilidad y en las acciones pe­queñas, pero concientes, intenciona­das, de quien busca una cotidianidad reflexiva y benéfica (una alternativa total a los estragos de la irracionali­dad y de la emocionalidad impulsiva promovida por quienes oprimen y quienes se reflejan en la ‘‘sociedad de extraños’’).

Lo hemos vivido otras veces, pero cuántos nuevos brotes. Nos estamos preguntando si el Encuentro Inter­nacional reveló la posibilidad de un punto de inflexión en el recorrido de la construcción y de la expansión de la organización humana por la emancipación (en primer lugar, por La Comune en Italia) y en la corrien­te de pensamiento que quiere poner sus propios recursos cada vez más al servicio de esta empresa complicada, ambiciosa y fantástica.

Lo verificaremos en los acon­tecimientos de los próximos me­ses: la Conferencia de la Corriente Humanista Socialista, el Congreso de la organización La Comune en Italia, la discusión sobre las perspectivas en la Península Ibérica y en Argentina.

Mientras tanto podremos valer­nos de otra obra escrita (las Actas del Encuentro) para activar la memoria en común de las reflexiones y de los diálogos a los que dimos vida cente­nares y centenares de personas.

 

* Reaccionar es un importante texto escrito el 2 de abril de 2020 por Dario Renzi. Tra­ta sobre la pandemia, sobre su significado y sus consecuencias más de conjunto y fue ampliamente discutido en los organismos de la Corriente Humanista Socialista y en las organizaciones que se referencian en ella. Está disponible en www.lacomune.org (y también en www.comunasocialista.com.ar, nde). Los diálogos de Viernes, elaborados con las lectoras y los lectores en torno a te­mas de naturaleza teorética a propósito de nuestra humanidad, aparecieron desde 2020 en La Comune de Italia a cargo de Dario Renzi (algunos de ellos los publicamos en este mismo periódico, nde). Desde 2021, se volvieron momentos de encuentro con La Comune en diversas localidades de Italia.