La situación en la Amazonia brasileña no sólo es preocupante sino que es urgente y dramática. Allí se registra la mitad de los más de 70.000 focos de incendio que sufrió Brasil sólo en lo que va del año. Esto afecta en primer lugar a las comunidades indígenas del lugar. Pero además estos perjuicios constituyen un problema para todos/as: como sabemos, la Amazonia es la mayor reserva ecológica del planeta y, en cuanto tal, juega un papel fundamental en la regulación del clima mundial, en la purificación del aire que todos respiramos, en la producción de agua dulce y en la conservación de cientos de especies animales y vegetales. La explicación reside en la sed de ganancias de hacendados, agroindustriales y grandes latifundistas que arrasan con fuego a los bosques para contar con mayores zonas para el cultivo y el desarrollo de la ganadería. Saben que gozan de total impunidad y son impulsados por las políticas y los dichos del neo-fascista Jair Bolsonaro, quien siempre que puede