Con la cobardía que caracteriza a los poderosos y por fuera de toda negociación, el gobierno nacional y la Justicia ordenaron el desalojo violento del predio de Guernica. Cortando la luz, quemando las casillas, disparando balas de goma y gases lacrimógenos buscaron humillar a quienes habían “osado” ocupar un predio maltrecho exigiendo tierra para vivir. Están saltando por los aires las mentiras y los mitos con que la burguesía democrática nos ha intentado mantener atontados. Cuando la gente humilde y sin posibilidades lucha por vivir más dignamente –y para ello ocupa tierras ociosas e inutilizables para los mismos especuladores del negocio inmobiliario– se acaba la “grieta”, el “relato”, la “República” o el “gobierno de los derechos humanos”. Cuando sienten que está en juego la propiedad, o sea la fuente de su “honor” de clase, están todos unidos: terratenientes e industriales, populistas y neoliberales, fuerzas represivas y también personas comunes cómplices. Denunciamos especialmen